Los objetivos de esta captura son dos: la producción cárnica y la caza de ejemplares vivos para cautiverio.
Para la producción cárnica los delfines son literalmente "acarreados" en camiones a mataderos cercanos donde mueren degollados y desangrados. La carne, rotulada como "carne de ballena", satisface el consumo de la población japonesa e internacional, donde tiene cada vez mayor demanda.
A menudo hieren deliberadamente a algunos de ellos para retener a los miembros de su familia, ya que los delfines no abandonan a un miembro de la familia que está sufriendo. Los pescadores proceden a estrechar las redes para cerrar las salidas a mar abierto. La mañana siguiente, comienza la matanza: los pescadores utilizan lanzas y garfios para apuñalar y desangrar a los animales que no tienen posibilidad de escapar. El mar se tiñe literalmente de sangre, imagen impresionante que ha despertado la ira de la comunidad internacional.
La mayoría de delfines son descuartizados y vendidos como comida, mientras que algunos se venden a delfinarios y parques acuáticos para realizar espectáculos, convirtiéndose estos en cómplices de esta matanza.
Esta cacería anual, es la mayor matanza de delfines en todo el mundo y se perpetúa a causa de los esfuerzos por esconderlo a la mayoría de los japoneses.
Por su parte, la captura de ejemplares vivos (generalmente hembras jóvenes) para delfinarios y parques acuáticos (para sus programas de "Nadar con delfines") las condena a vivir hasta el último de sus días confinadas en piscinas como "entretenimiento". La industria de los delfines en cautiverio nos muestra una imagen en que ellos se erigen como "salvadores" del destino de los delfines como plato principal. Eso no es verdad. Los delfines y otros pequeños cetáceos capturados para la cautividad representan un valor comercial mucho mayor para los pescadores japoneses que la venta de su carne para el consumo. La multibillonaria industria de los delfines para cautividad no está salvando a los delfines de la muerte. Están ayudando a mantener esta práctica cada vez que hacen de la pesca provechosa para los pescadores y la industria pesquera. Esto debe ser detenido.
Aquí os muestro una foto de la salvajada que se ve año tras año en Japón
El gobierno japonés y los pescadores dicen que la caza de delfines es parte de la cultura japonesa. Pero en realidad, la mayoría de los japoneses no saben que la matanza de delfines existe. Diversos observadores de organizaciones (One Voice, Earth Island Institute y Elsa Nature Conservancy) han viajado a Taiji en reiteradas ocasiones para documentar y exponer la masacre de los delfines al resto de Japón y del mundo.
Extraido de: http://www.animanaturalis.org/
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